El arte de la resurrección


Estos varios días libres, por fiestas de la ciudad y alguna otra cosa, me han permitido ponerme un poco al día en el trabajo y también, cómo no, relajarme un poco. Es decir, que he podido ver alguna peli y darme tiempo para leer.

Es así que, por fin, he terminado de leer El arte de la resurrección, de Hernán Rivera Letelier (Premio Alfaguara de Novela 2010), que ya llevaba bastante tiempo en el lado derecho del blog. Pese a ser poco o nada apegado a la religión católica (aunque en teoría soy católico), me he dado cuenta que me gustan mucho las historias que tienen que ver algo con ella, sobre todo con la figura de Jesús de Narazet. (Si me preguntan, se me vienen a la cabeza algunos de los títulos que he leído sobre el tema: Caballo de Troya, El Código Da Vinci, El evangelio según Jesucristo, etc.)

El arte de la resurrección, nos cuenta la historia de Domingo Zárate Vega, más conocido como El Cristo de Elqui, que comenzó a interpretar las formas de las nubes y a predecir pequeños desastres desde que era un niño. En la adolescencia, tras la muerte de su madre, decide dejarlo todo y adentrarse como un salvaje en los desiertos del norte de Chile. Es allí donde se le es revelado, a través de una "visión divina", que es la reencarnación de Jesucristro.

El libro te atrapa desde el principio con una narración vertiginosa en las primeras páginas. La historia tiene su núcleo en la búsqueda que emprende el Cristo de Elqui a una prostituta llamada Magalena Mercado (sí, Magalena, no Magdalena) que además es ferviente devota de la Virgen del Carmen, para hacerla su discipula y transmitir junto con ella sus prédicas santas.

La dura geografía del de desierto y las oficinas salitreras, castigadas sin tregua por el sol implacabable, son el escenario donde el Cristo de Elqui, transmite sus evangelio, recita sus "máximas" y "sanos pensamientos en bien de la Humanidad", muestra a todos los que lo siguen las bonadades medicinales de las plantas silvestres y, de paso, anuncia la inminente llegada del fin del mundo. A su paso por los distintos campamentos salitreros se encontranrá con personajes grotescos y entrañables, como el "Loco de la escoba", un hombre que dedica su vida a barrer, escoba y pala en mano, las inmensidades del desierto.

Rivera Letelier utiliza una prosa cargada de humor y surrealismo. Hace que el lector se desternille de la risa en el momento menos pensado (algo que siempre busco en los libros que leo) pero también trata siempre de fijarnos un mensaje: el poder de la fe. Fe que seguramente él nunca perdió cuando trabajó durante 30 años como obrero en las salitreras (que por si no lo he dicho parte de la historia -sobre todo la geografía y los lugares- son verídicas). Fe que por un momento el Cristo de Elqui te hace sentir con sus palabras y sus discursos, que por muy afiebrados que sean, llevan siempre algo de sabiduría. Porque la fe sin obra, hermanos, es como una guitarra sin cuerdas.

[El libro lo pueden encontrar en la librería SBS del centro. Obviamente original. En "versión económica" unas cuadras más allá, en el ex-Hotel Presidente. Os aseguro que vale la pena.]

[Si alguien se pregunta por la "novela" que vengo escribiendo, no se preocupe, en esta semana prometo postear un par de capítulos nuevos. Agárrense.]

[Para terminar, el videito de la semana. Collective Soul, que el finde tocan aquí en Arequipa :D]

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